¿Nos perderemos algo si apagamos el móvil?


Cada vez se está hablando más de las adiciones a las nuevas tecnologías. No hablamos de poseer el último modelo de iPhone, si no de estar atento todo el día a nuestro aparato inteligente.

Él es el inteligente, pero nosotros, ¿nos perderemos algo si apagamos el móvil? ¿Es necesario ver todas y cada una de las fotos que nuestros amigos han colgado en Instagram? ¿De verdad te pueden interesar todos los eventos a los que el propio Facebook te invita? Notificaciones y más notificaciones que nos hacen quedar atrapados constantemente sin darnos cuenta pero, ¿es posible dejar de lado esa dependencia? Como millennial que soy, he abrazado desde mi adolescencia todo aparato tecnológico que ha pasado por mis manos, cosa que me encantaba, y sin embargo la respuesta es sí.

Si te paras a pensar en la cantidad de tiempo que pasamos con el móvil, te echarías las manos a la cabeza. Me reconozco a mí mismo mucho más nervioso y más ansioso cuando lo llevo encima, incapaz de no responder a cada vibración, desbloqueando y averiguando qué requiere mi atención. Para evitarlo, en un momento dado hice un declutter de aplicaciones en el móvil, dejando únicamente las más necesarias, tipo Whatapp, y muy a mi pesar, otras aplicaciones como Facebook (en la que me planteo muy seriamente eliminar mi cuenta, queda pendiente) o Twitter; redes a las que sólo entro a través del móvil, nunca con ordenador. Cerré mi cuenta en otras como Instagram, Pinterest y desinstalé por ejemplo LinkedIn o Flowkey, redes y programas que sigo usando cuando estoy con el ordenador. Pero realmente, lo que me ayudó enormemente a eliminar mi dependencia del móvil fue apagar las notificaciones. Cualquier tipo de ellas. Se acabó el doble check azul, los puntitos azules, los corazones y las campanas en la barra de notificaciones. Se acabó también la lucecita del móvil que indicaba que algo pendiente estaba ahí.

Como resultado he obtenido mucha menos ansiedad, menos estrés y por consiguiente estoy más tranquilo, voy sin prisas e incluso llego antes a los sitios, ¡todo por eliminar unas notificaciones! Imagina que estás trabajando y constantemente hay alguien que te interrumpe, te molesta y te distrae con cosas... digamos algo absurdas, pues ese compañero es tu smartphone. Quizás si te pararas a pensar, no es tan buen compañero de viaje, quizás te incordia más que te ayuda.

Por poneros algún ejemplo, desde que mi móvil no me avisa de todas las cosas posibles que pasan o podrían pasar en el mundo, he tenido más tiempo para leer, para dedicar al piano, a la cámara e incluso para cocinar, que es una actividad que no me gusta y para la que normalmente no tengo tiempo. Por supuesto no hablo de mi pareja y del tiempo que nos dedicamos, imagina. Extrapola a tu día a día. Y si te cuesta siquiera hacer un intento, te recomiendo busques información a través del propio móvil (esa no la viste venir, ¿eh smartphone?), hay muchas páginas que te pueden ayudar, como ésta de Objetivo Bienestar, en la que tienes unos primeros pasos para conseguir desconectar de él un poco.

Con todo no quiero decir ni mucho menos que un móvil inteligente no nos sea de gran ayuda, hoy por hoy para muchas cosas es imprescindible y es una gran herramienta de trabajo, nos hace aumentar nuestra productividad y nos facilita muchísimo el acceso a información. El uso que hacemos de él depende de nosotros mismos y por tanto también el beneficio o perjuicio que obtengamos. Una vez más sólo nos tenemos que parar a pensar para qué lo queremos y en qué situaciones podemos no estar pendientes de él. Cuando en el blog hablo sobre consumo responsable, también hablo de esto.

Si tú también decidiste salir al supermercado sin el móvil, eliminar las notificaciones, y borrarte esa red social que no ayudaba en nada, me encantaría compartieras tu experiencia en los comentarios. Si por el contrario no puedes evitar vivir sin el móvil, te invito a que me cuentes el porqué e intentes convencerme de que, en tu caso, es imposible no llevarlo encima...

Comentarios

  1. Muy cierto, se ha vuelto casi una extensión de nuestro cuerpo, donde ya no nos es necesario recordar o aprender, simplemente realizar la búsqueda. En una ocasión por arte del azar me topé con uno de esos famosos "challenges" navegando por internet, y este trataba de 99 días sin FB, constaba de subir una foto de perfil donde indicaba que estarías dicho lapso fuera de la red social, y debo admitir que los primeros días fueron difíciles, uno se acostumbra tanto, que se convierte en impulso... en fin logré cumplir el reto, desde ese momento utilizo con menor frecuencia mis redes sociales, en relación con años anteriores.

    Aún así, sigo utilizándolas para diversas actividades. En la actualidad es complicado desprenderse totalmente, pero poco a poco... se puede.

    ResponderEliminar
  2. Yo gracias a dios no es que sea una persona muy solicitada así que por ese tema estoy tranquila,lo que si que es verdad ahora que estoy buscando trabajo ando mas atenta a él últimamente (por si me llaman) y buscando ofertas en las aplicaciones de trabajo.

    ResponderEliminar
  3. E hecho los famosos detox de redes sociales, pero lo que más me estresa es Whatsapp. Y lamentablemente en mi trabajo me localizan y envían información por ese medio. Pero me gustaría vivir sin redes sociales.
    Muy lindo el post. Abrazos

    ResponderEliminar
  4. Hola! Te comento mi experiencia personal por si te sirve. Yo desde el principio quite todo posible aviso de notificaciones, ruidos, luces y demás...e intentamos ( cosa difícil ) llegar a casa y dejar el móvil en la habitación para disfrutar de nuestro tiempo en familia. Es difícil, pero bueno para la salud, vives menos ansioso y la realidad. Al final, la gente publica sus momentos felices, pero nadie se pone a contar sus miserias. Y eso no es la vida real. Mucho postureo y poca comunicación! Espero que te sirva. Abrazos.
    P.d: He vuelto a escribir, me encantaría que me siguieras.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comenta!